El estudio de la unidad de investigación de IMR sobre la alopecia androgénica en las mujeres profundiza tanto en el impacto de emocional de esta afección, como en la eficacia de los trasplantes capilares.

Investigación e innovación: tecnología al servicio de la medicina

Estamos habituados a hablar de alopecia en los hombres y tenemos asumido que la pérdida de densidad capilar en determinadas zonas del cuero cabelludo es un proceso fisiológico, natural y  parte del envejecimiento. Nadie se gira a mirar en la calle a un hombre con entradas pronunciadas o con una coronilla más visible, ya que lo hemos normalizado. Sin embargo, nos guste o no, el canon de belleza esperado en las mujeres es diferente, y el cabello cobra un gran protagonismo. Para una mujer, no es “tolerable” perder densidad capilar o “quedarse calva”, ya que debe responder a esta imagen de feminidad para mantener su atractivo. Esta presión social hace que las mujeres que padecen alopecia, soporten un gran sufrimiento psicológico, que repercute en sus esferas emocionales y funcionales.

En IMR hemos llevado a cabo un estudio para evaluar la afectación psicológica de las mujeres con alopecia (en concreto con alopecia androgénica, que se relaciona con una causa hormonal y genética) y la eficacia del trasplante capilar.

Un gran impacto emocional

Para medir el impacto emocional se facilitó un cuestionario (la encuesta Hairdex), a un grupo de mujeres que habían optado por la cirugía capilar para resolver su problema de alopecia. Este cuestionario, con 29 preguntas puntadas de 0 a 5, permite poner de manifiesto el grado de repercusión de la alopecia en la esfera emocional y funcional de las pacientes. Algunas de las cuestiones recogidas en el estudio eran:

Mi alopecia afecta a mi relación con los seres queridos.

Me avergüenzo de mi alopecia.

Me preocupa que mi alopecia empeore.

Tiendo a hacer cosas en solitario por culpa de mi alopecia.

Mi alopecia me hace sentir frustración.

Los resultados de los cuestionarios mostraron una media de 20 puntos de afectación de la esfera funcional (o limitación de actividades de la vida diaria por culpa de su alopecia) y de 59  en la esfera de las emociones. Hay que tener en cuenta que se considera una afectación moderada una puntuación por encima de 35 y severa si es superior a 39. Por tanto, podemos concluir, que la alopecia provocaba una gran afectación a nivel emocional en las pacientes encuestadas.

El área funcional, que mide también la actividad social, está menos afectada ya que existen alternativas que ayudan a las mujeres a disimular su alopecia. Sin embargo, estas soluciones suelen limitar la comodidad y bienestar de la usuaria.

Para IMR es esencial ofrecer tratamientos seguros, eficaces y personalizados, tanto médicos como quirúrgicos, que permitan a la mujer afrontar su situación capilar de la mejor manera posible.

Trasplante capilar en mujeres: Una alternativa que funciona.

La cirugía capilar es una técnica cada vez más demandada por aquellos varones que sufren pérdida de densidad capilar, asociada a su alopecia androgénica. Para ellos es una opción terapéutica más entre las existentes para el tratamiento de esta patología. Tanto la intervención como el postoperatorio han dejado de ser un tabú para la mayoría, que retoman su actividad laboral en muchas ocasiones, cuando aún se pueden percibir signos de la operación.

Sin embargo, la realidad para las mujeres es muy distinta, ya que está extendida la falsa creencia de que no pueden ser candidatas a este tipo de cirugía y cuando se les recomienda esta terapia, les asalta un gran miedo a cómo podrán disimular la intervención durante esos primeros momentos.

Según el estudio de IMR la eficacia de este procedimiento es muy alta, como lo demuestra el hecho de que todas las pacientes intervenidas mejoraron de forma notable la densidad capilar. Para medir el impacto se empleó una escala que iba de -2 (notable empeoramiento) a +2 (notable mejoría) para puntuar el cambio en la densidad capilar de la zona tratada, y tres dermatólogos de la unidad capilar de IMR puntuaron las imágenes antes y después de la intervención.

En todos los casos, menos en uno, se detectó una notable mejora con una puntuación + 2. No se detectó empeoramiento en ninguna paciente y solo un dermatólogo evaluador no percibió cambios tras la intervención en una paciente

El trasplante capilar es una opción para las mujeres y, conociendo el miedo al postoperatorio, se plantean cirugías mínimamente invasivas sin rasurado de la zona a tratar, para que en los meses postoperatorios sea muy sencillo “camuflar” cualquier mínimo resquicio de descamación o costra provocadas por la cirugía.

Un significativo impacto emocional

Una vez concluido el tratamiento, se repitió a las pacientes el mismo cuestionario para valorar su estado emocional y funcional, y la mejora detectada fue muy significativa. Las puntuaciones se redujeron a 0 en la esfera funcional y a 11 puntos en la emocional tras obtener los resultados definitivos de la intervención. Se considera una afectación moderada por encima de 35 puntos y severa por encima de 39

Por tanto, apoyados por los datos del estudio realizado, se puede concluir que la cirugía capilar no solo es eficaz en mujeres, si no que ayuda a las pacientes a mejorar su esfera funcional y emocional afectada de forma muy significativa.

En el estudio también se evaluó la satisfacción de las pacientes tras la intervención y los resultados fueron muy positivos.

Satisfacción global : 9/10     |        Volverían a realizar el trasplante: 10/0       |        Lo recomendaría a otra mujer: 10/10