neuromoduladores

En la actualidad, los tratamientos de medicina estética están en auge y son cada vez más demandados por los pacientes. Uno de los avances más destacados en este ámbito es el uso de neuromoduladores, siendo el más conocido de ellos, la toxina botulínica. 

De manera general, los neuromoduladores son utilizados por, entre otros muchos beneficios, su capacidad de mejorar la apariencia de la piel y tratar diversas condiciones médicas, ofreciendo soluciones efectivas y mínimamente invasivas. 

¿Qué son los neuromoduladores y cómo ayudan a tu piel? En este artículo, desde IMR, te contamos todo lo que necesitas saber. ¡Sigue leyendo! 

 

¿Qué son los neuromoduladores?

Los neuromoduladores destacan por ser sustancias que actúan bloqueando temporalmente las señales nerviosas hacia los músculos, lo que impide que se contraigan. Esto genera un efecto de relajación en los músculos, lo que puede tener un impacto tanto estético como terapéutico. Por su parte, el neuromodulador más conocido es la toxina botulínica, comúnmente referida como Botox.

En estética, los neuromoduladores se utilizan principalmente para suavizar las líneas de expresión y prevenir la formación de nuevas arrugas. En medicina, pueden ser empleados para tratar condiciones como el bruxismo, la hiperhidrosis, o incluso migrañas crónicas.

Tratamiento neuromodulador: ¿Qué opciones hay?

Los tratamientos con neuromoduladores son muy demandados debido a sus resultados rápidos y a que son mínimamente invasivos. Además, no requieren anestesia general ni tiempo de recuperación. 

En función de la zona a tratar y la condición específica, un tratamiento con neuromoduladores puede durar entre 10 y 30 minutos, diferenciando entre los más comunes: 

Neuromoduladores para patologías médicas

Por un lado, los neuromoduladores son utilizados en medicina estética para abordar diversas patologías relacionadas con la actividad muscular excesiva. En el rejuvenecimiento facial, son efectivos para suavizar líneas de expresión y arrugas, proporcionando una apariencia más juvenil. Además, corrigen asimetrías faciales leves al relajar ciertos músculos, equilibrando la forma del rostro. También son útiles en el tratamiento de la hiperhidrosis, reduciendo la sudoración excesiva en áreas como axilas, manos y pies. Además, los neuromoduladores también se pueden emplear en el tratamiento del bruxismo y dolores crónicos, relajando los músculos responsables del dolor o la tensión mandibular.

  • Rejuvenecimiento facial: Reducción de líneas de expresión y arrugas en el rostro.
  • Corrección de asimetrías: Ayuda a corregir ligeras desigualdades en la forma facial.
  • Hiperhidrosis: Tratamiento para la sudoración excesiva en axilas, palmas de las manos o plantas de los pies.
  • Bruxismo y dolores crónicos: Relaja los músculos que pueden estar causando dolor crónico o apretamiento involuntario de los dientes.

Los pacientes pueden notar los efectos iniciales del tratamiento con neuromoduladores después de 2 a 5 días, siendo el resultado final visible entre 10 y 14 días posteriores al procedimiento.

Neuromoduladores para arrugas faciales 

Por otro lado, otro de los principales usos de los neuromoduladores es el tratamiento de arrugas y líneas de expresión facial. Estas líneas suelen formarse debido a los movimientos repetitivos de los músculos faciales, como al fruncir el ceño o sonreír. Con el paso del tiempo, estas contracciones musculares provocan arrugas dinámicas, que son las que se observan al hacer ciertas expresiones. El bloqueo temporal de las señales nerviosas evita que los músculos se contraigan con tanta intensidad, lo que suaviza la apariencia de las arrugas.

Al aplicar neuromoduladores en áreas específicas del rostro, se relajan temporalmente los músculos responsables de estas contracciones, logrando que la piel se vea más suave y rejuvenecida. Las áreas más comunes donde se aplican los neuromoduladores faciales son:

  • Frente: para eliminar líneas horizontales.
  • Entrecejo: para reducir las líneas verticales (líneas del ceño).
  • Área periorbital: tratamiento de las “patas de gallo” alrededor de los ojos.
  • Alrededor de la boca: reducción de las líneas de expresión en las comisuras.

Además del rejuvenecimiento, los neuromoduladores pueden usarse para elevar ligeramente las cejas, suavizar el cuello o mejorar la simetría facial. 

Cabe destacar que los neuromoduladores no son adecuados para tratar arrugas estáticas, aquellas que son visibles incluso cuando el rostro está relajado. Sin embargo, se pueden combinar con otros tratamientos, como rellenos dérmicos, para un resultado más completo.

Neuromoduladores: ¿cuánto dura el efecto?

Uno de los aspectos que más inquieta a los pacientes que optan por los neuromoduladores es la duración de sus efectos. En general, los resultados de un tratamiento neuromodulador suelen durar entre 3 y 6 meses, dependiendo de varios factores como el metabolismo individual, la zona tratada y la cantidad de producto inyectado.

A medida que el cuerpo metaboliza la toxina botulínica, los músculos recuperan gradualmente su capacidad de contracción, y las arrugas pueden volver a aparecer. Sin embargo, con tratamientos periódicos, los resultados tienden a durar más tiempo, ya que los músculos se van debilitando con el uso continuo de los neuromoduladores.

En definitiva, aunque los efectos de los neuromoduladores no son permanentes, muchos pacientes consideran que el tratamiento es fácil de mantener y resulta en un aspecto fresco y rejuvenecido sin la necesidad de recurrir a procedimientos invasivos.

¿Se pueden combinar neuromoduladores con otros tratamientos?

Sí, los neuromoduladores son muy versátiles y pueden combinarse con otros procedimientos estéticos para mejorar los resultados de rejuvenecimiento facial. Esta combinación de tratamientos permite abordar diferentes aspectos del envejecimiento y mejorar el aspecto general de la piel de una forma más integral y natural. 

Algunas de las combinaciones más comunes de los neuromoduladores incluyen los rellenos dérmicos para restaurar volumen perdido y conseguir una armonía facial completa. También es habitual la combinación de neuromoduladores con tratamientos láser que permiten que mientras los neuromoduladores relajan los músculos para evitar la formación de nuevas arrugas, el tratamiento láser mejora la calidad de la piel, estimulando el colágeno, mejorando textura y reduciendo manchas o cicatrices. 

¿Es seguro el uso de neuromoduladores?

Por último, otra de las preguntas más recurrentes antes de someterse a un tratamiento neuromodulador es si es seguro su uso. Pues bien; sí, los neuromoduladores son seguros siempre y cuando se apliquen por un profesional cualificado y con experiencia. En este sentido, antes de realizar cualquier combinación de tratamientos, es fundamental que el médico evalúe tu tipo de piel, necesidades y expectativas. De esta manera, se podrá crear un plan de tratamiento adecuado y seguro, minimizando cualquier riesgo de efectos secundarios.

Sin duda, los neuromoduladores han revolucionado la medicina, brindando una solución efectiva y segura para el tratamiento de arrugas y otras condiciones relacionadas con la contracción muscular. Su capacidad para proporcionar resultados naturales, rápidos y con un riesgo mínimo ha convertido a los neuromoduladores en uno de los tratamientos más usados en medicina estética. 

Si estás considerando someterte a un tratamiento con neuromoduladores, es fundamental acudir a un profesional cualificado para obtener los mejores resultados. En IMR estaremos encantados de asesorarte. Contacta con nosotros.