Estrés capilar: ¿Cómo afecta a la salud del cabello?

Estrés capilar

Como todos sabemos, el estrés es un trastorno emocional que influye de manera negativa en la salud, afectando también a la vitalidad capilar.

El estado mental y corporal están estrechamente vinculados y, si bien un disgusto o situación nerviosa puede ocasionar alteraciones cardíacas, un cuadro de tensión provoca fragilidad, debilitamiento y escasez de brillo del cabello, pudiendo desencadenar una alopecia estacional emocional.

Podemos gozar de buena salud pero, si el estado de estrés se prolonga, un porcentaje elevado de pacientes puede convertirse en víctima de la alopecia nerviosa; patología en la que entraremos en detalle más adelante.  

Por su parte, el estrés capilar continuado provoca el debilitamiento de los folículos pilosos, llegando incluso a evolucionar hacia un estancamiento permanente y provocando la caída capilar de forma no concreta en todas las partes del cuero cabelludo.

Analizando esta patología, se calcula que el ser humano puede perder entre 50 y 150 cabellos al día, pudiendo ascender a 200 en los meses de otoño. Sin embargo, ante un cuadro de estrés capilar, estas cifras podrían aumentar, requiriendo una especial atención. No obstante, debes saber que, por norma general, ante estos casos de estrés capilar es posible restaurar la fibra capilar.

¿Qué es el estrés capilar y cómo puede afectar a la salud de tu cabello? Desde IMR, te contamos todo lo que necesitas saber.

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Qué es el estrés capilar

La pérdida de cabello debido al estrés, una patología comúnmente conocida como estrés capilar y denominada efluvio telógeno agudo, es causada de manera general por la tensión o ansiedad excesiva. 

Aunque puede parecer extraño, el estrés capilar puede afectar tanto a hombres como a mujeres, llegando a impactar hasta en un 70% de los folículos pilosos en la cabeza.

Normalmente, el cabello sigue un ciclo con diversas fases, pero cuando una persona enfrenta una situación estresante, se produce una alteración en este ciclo folicular. En este caso, muchos folículos pilosos se sincronizan, lo que provoca una caída de cabello notablemente aumentada. 

Entrando en detalle en el estrés capilar, este afecta al cuero cabelludo de varias maneras, y una de ellas es el aumento de los niveles de cortisol en la sangre, provocando una disminución en la circulación de nutrientes en el cuero cabelludo, debilitando los folículos y acelerando la caída del cabello de manera prematura y más pronunciada.

Además, es importante considerar los efectos secundarios asociados a una vida caracterizada por altos niveles de estrés y ansiedad, como la falta de sueño, una alimentación deficiente, la ausencia de actividad física y malos hábitos en general. Sin duda, todos estos factores contribuyen de manera negativa a la salud del cabello y refuerzan la pérdida capilar.

Alopecia por estrés: Síntomas 

El estrés capilar se distingue fácilmente de otros tipos de alopecia, como la androgenética, por la forma en que se presenta. En el caso de la caída de cabello por estrés, esta afecta a toda la superficie del cuero cabelludo, siendo más evidente en las zonas laterales y la parte posterior. En cambio, la alopecia androgenética se manifiesta como una pérdida de densidad capilar, principalmente en la parte superior de la cabeza.

Por su parte, el estrés capilar también puede provocar un aumento en la grasa capilar, así como la aparición de caspa y descamación en el cuero cabelludo, lo que puede predisponer a la dermatitis seborreica. 

En cuanto a la temporalidad de la situación, la caída de cabello inducida por el estrés suele ser un problema temporal y reversible. La clave para abordar la alopecia por estrés radica en eliminar la causa subyacente, es decir, el estrés. 

Aunque reconocemos que esto puede ser más fácil de decir que de hacer, en IMR recomendamos que, al notar la pérdida de cabello, se acuda inmediatamente a un profesional capilar que pueda realizar un diagnóstico preciso del tipo de alopecia y del problema en sí. Sin duda, identificar las causas permitirá ofrecer una solución personalizada.

Con un tratamiento adecuado, la alopecia por estrés capilar es completamente reversible, y el cabello tiende a recuperarse en poco tiempo.

Tipos de afecciones del estrés a la salud capilar

Podemos gozar de buena salud, pero si el estado de estrés se prolonga, un porcentaje elevado de pacientes puede convertirse en víctima de estrés capilar. Como hemos comentado, el estrés continuado provoca el debilitamiento de los folículos pilosos llegando incluso a evolucionar hacia un estancamiento permanente. 

Entre algunas de las patologías capilares que puede desarrollar el estrés capilar podemos diferenciar:

Alopecia areata por estrés

La alopecia areata es una enfermedad autoinmune del cabello en la que el sistema inmunológico ataca por error los folículos pilosos, provocando la caída del cabello. No existe un término específico como alopecia areata por estrés, en el sentido de que el estrés sea la única causa de esta condición. Sin embargo, se ha observado que el estrés puede desencadenar o agravar la alopecia areata en algunas personas.

El estrés capilar puede afectar el sistema inmunológico y desencadenar respuestas autoinmunes. En el caso de la alopecia areata, el sistema inmunológico ataca los folículos pilosos, lo que lleva a la pérdida de cabello. Es importante destacar que la relación entre el estrés y la alopecia areata varía de una persona a otra, y no todas las personas que experimentan estrés desarrollarán esta condición.

Foliculitis por estrés 

La foliculitis por estrés es una condición en la que el estrés puede desencadenar o agravar la foliculitis; que es la inflamación de los folículos pilosos. Los folículos pilosos son las estructuras en la piel desde las cuales crece el cabello. Cuando estos folículos se inflaman, puede provocar enrojecimiento, protuberancias, picazón y, en algunos casos, la formación de pústulas o granos.

El estrés puede afectar negativamente el sistema inmunológico, debilitándolo y haciendo que sea más susceptible a infecciones. En el caso de la foliculitis, esto puede permitir que bacterias, hongos o levaduras penetren en los folículos pilosos, causando la inflamación.

La foliculitis por estrés no es una categoría médica formal, pero se utiliza para describir la relación entre el estrés y el desarrollo o empeoramiento de la foliculitis. Además del estrés, otros factores como el roce constante de la ropa, la exposición a sustancias irritantes o la presencia de condiciones médicas subyacentes pueden contribuir a la foliculitis.

Picor de cabeza por estrés

Por otro lado, el picor en el cuero cabelludo o la sensación de comezón en la cabeza puede ser un síntoma asociado al estrés. Cuando una persona experimenta estrés, el cuerpo libera ciertas sustancias químicas y activa respuestas fisiológicas que pueden afectar la piel y el cuero cabelludo.

El estrés puede contribuir al aumento de la producción de ciertas sustancias, como la histamina, que pueden desencadenar la sensación de picazón y rojez. Además, el estrés también puede afectar negativamente el sistema inmunológico y la salud general de la piel, lo que puede hacer que sea más propensa a problemas como la sequedad, la irritación o la picazón.

La hidratación, el uso de productos recomendados por dermatólogos y una mejora en la gestión del estrés puede ser un tratamiento muy eficaz para el picor del cuero cabelludo.

Pérdida de densidad capilar por estrés

Por último, y como ya hemos ido comentando a lo largo del artículo, la pérdida de densidad capilar por estrés se caracteriza por ser un fenómeno en el que la cantidad de cabello por unidad de área disminuye como resultado directo de situaciones estresantes. 

Este tipo de alopecia, como decíamos, afecta a toda la superficie del cuero cabelludo, siendo más notoria en las áreas laterales y la parte posterior de la cabeza. Generalmente se considera un problema temporal y reversible. Sin embargo, para poder acabar con el problema es necesario identificar y gestionar la fuente de estrés subyacente. 

En casos de pérdida de cabello notoria, desde IMR recomendamos buscar la atención de un profesional de la salud capilar para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado que permita la recuperación del cabello en un período relativamente corto de tiempo.

Cómo acabar con el estrés capilar

Todo efecto tiene su causa. De esta forma, la mejor forma de acabar con el estrés capilar es determinar el foco de la tensión nerviosa. Para ello, es necesario conocer la psicoterapia; la disciplina que puede abordar determinadas situaciones que provocan el estrés capilar.

No obstante, antes de tratar cualquier alteración deberíamos revisar cuáles son nuestros hábitos diarios y, en la medida de lo posible, intentar modificarlos para alcanzar el bienestar personal.

Un descuido en la alimentación está muchas veces detrás del  estrés capilar: una dieta pobre en minerales y vitaminas, la falta de hierro, u otras carencias que padecen muchas mujeres debido a la menstruación.

Este perfil acusa una intensa caída del cabello de forma temporal. Sin embargo, una vez reactivan su sistema inmunitario, el cabello vuelve a nacer.

Por otro lado, regular el sueño y marcar una rutina diaria minimizan notablemente el nivel de estrés. Sin duda, pautas sencillas que mejorarán tu bienestar personal y salud capilar.

¿Crees que sufres estrés capilar y necesitas asesoramiento profesional? En IMR estaremos encantados de ayudarte. Contacta con nosotros.