Pitiriasis versicolor: Qué es, síntomas y tratamiento

La pitiriasis versicolor es una infección cutánea superficial causada por un hongo del género Malassezia; un microorganismo lipofílico que forma parte de la flora habitual de la piel humana.
Por su parte, el término “versicolor” hace referencia a la variabilidad en la pigmentación que provocan las lesiones: en invierno tienden a ser rosadas o marrones, mientras que en verano se vuelven blanquecinas debido a que el hongo inhibe la pigmentación cutánea natural.
Aunque la pitiriasis versicolor no es contagiosa, es una de las infecciones micóticas más comunes en el ser humano, estimando que una gran parte de la población la padecerá al menos una vez en su vida.
¿Qué es la pitiriasis versicolor, qué síntomas presenta y cómo se debe tratar? Desde IMR, te contamos todo lo que necesitas saber:

Pitiriasis versicolor: causas que la originan
El agente etiológico principal de la Pitiriasis versicolor es Malassezia furfur, también conocida como Pityrosporum ovale. Bajo condiciones normales, este hongo coexiste sin causar enfermedad. Sin embargo, ciertos factores pueden favorecer su transformación a una forma patógena, capaz de penetrar el estrato córneo de la piel:
- Climas cálidos y húmedos
- Piel grasa o uso de cosméticos oleosos
- Hiperhidrosis (exceso de sudoración)
- Uso de corticosteroides o inmunosupresores
- Alteraciones hormonales
- Sistema inmunológico debilitado
Síntomas de la pitiriasis versicolor
La pitiriasis versicolor se manifiesta de forma característica en la piel, y su presentación clínica puede ser fácilmente reconocible por un dermatólogo profesional. Esta infección fúngica superficial suele desarrollarse de forma gradual y, aunque en muchos casos es asintomática, las alteraciones en la pigmentación cutánea suelen motivar la consulta médica, especialmente en épocas de mayor exposición solar.
Las manifestaciones varían en intensidad y localización según el paciente, pero existen signos cutáneos distintivos que permiten orientar el diagnóstico. De esta forma, la presentación clínica más habitual de la pitiriasis versicolor incluye:
- Manchas redondeadas o irregulares de color marrón, rosado o blanquecino
- Descamación fina al rascar las lesiones (signo de la uñada)
- Cambios en la pigmentación según la estación del año
- Posible picor leve, aunque muchas veces es asintomática
Por su parte, las lesiones se localizan típicamente en el tronco superior, cuello, hombros y parte alta de los brazos, aunque, en algunos casos, pueden observarse formas pustulosas o una afectación más extensa.
¿Cómo se diagnostica la pitiriasis versicolor?
El diagnóstico de la pitiriasis versicolor es principalmente clínico, ya que las lesiones presentan un aspecto muy característico que suele ser suficiente para identificar la enfermedad. No obstante, en casos donde hay dudas diagnósticas, pueden emplearse métodos complementarios. Uno de ellos es el examen con luz de Wood, una lámpara especial que revela una fluorescencia amarillenta en las áreas afectadas.
Otro procedimiento es el raspado de escamas, que consiste en tomar una muestra superficial de la piel para ser observada al microscopio, donde se pueden identificar hifas y levaduras propias del hongo Malassezia. Aunque también puede realizarse un cultivo micológico, este no suele ser útil ni concluyente, ya que Malassezia forma parte de la flora habitual de la piel y su presencia no siempre implica una infección activa.
Tratamiento pitiriasis versicolor
En cuanto al tratamiento, el seguimiento médico en los casos de pitiriasis versicolor es fundamental para asegurar un abordaje terapéutico adecuado y prevenir recurrencias.
Así, aunque el tratamiento suele ser eficaz en eliminar el hongo causante, es importante subrayar que la desaparición de las lesiones pigmentarias no es inmediata. Las alteraciones en el color de la piel pueden persistir durante semanas o incluso meses después de haber erradicado la infección, lo cual no debe interpretarse como un fallo del tratamiento, sino como parte del proceso natural de regeneración cutánea. Por ello, resulta esencial que el paciente mantenga una comunicación constante con el dermatólogo y acuda a revisiones periódicas, especialmente si presenta antecedentes de recurrencias o factores predisponentes.
La evaluación profesional permitirá ajustar las pautas terapéuticas y, en casos seleccionados, instaurar tratamientos preventivos que reduzcan la probabilidad de nuevos brotes.
¿La pitiriasis versicolor es contagiosa?
Una de las preguntas más recurrentes ante una pitiriasis versicolor es si se trata de una patología contagiosa; la respuesta es no. A pesar de tratarse de una infección fúngica, la pitiriasis versicolor no se considera una enfermedad contagiosa. El hongo responsable vive normalmente en la piel y solo en ciertas condiciones se vuelve patógeno.
Relación con otras formas de pitiriasis
Por último, es importante no confundir la pitiriasis versicolor con otras entidades dermatológicas que, aunque comparten parte del nombre, tienen un origen, evolución y tratamiento completamente diferentes.
Por ejemplo, la pitiriasis alba es un trastorno inflamatorio leve y benigno que aparece con mayor frecuencia en niños y adolescentes. Se manifiesta como manchas hipopigmentadas, principalmente en el rostro, y suele estar relacionada con piel seca o dermatitis atópica, sin implicación fúngica alguna.
Por otro lado, la pitiriasis rosada es una erupción cutánea aguda y autolimitada de probable origen viral, que se inicia con una lesión única (placa heraldo) y luego se disemina en forma de pequeñas placas ovaladas en el tronco.
Por último, el término pitiriasis blanca es simplemente una denominación alternativa de la pitiriasis alba, y se utiliza para describir esas mismas manchas claras y levemente escamosas.
Independientemente del caso, la diferenciación clínica es esencial, ya que cada entidad requiere un enfoque terapéutico distinto y tiene un pronóstico particular. ¿Necesitas asesoramiento profesional? Agenda tu cita en IMR.