Cómo actuar ante una quemadura solar

Quemadura solar

Es posible que alguna vez te haya salido en la piel algún sarpullido por el sol; una reacción que surge de una exposición prolongada al mismo sin la protección suficiente. 

Con la llegada del verano, estas quemaduras solares son un problema de lo más frecuente, causando molestias significativas e incluso un daño irremediable a largo plazo a nuestra piel si no se tratan de la manera adecuada. 

Como todo, la prevención a una quemadura solar es el primer paso para no sufrirlas y proteger la salud de nuestra piel, pero como no siempre se siguen las recomendaciones que hacen los dermatólogos, en este artículo, desde IMR queremos acercarte algunas claves para que sepas cómo actuar de manera efectiva ante una quemadura solar, minimizando el malestar y promoviendo una recuperación rápida y saludable. ¡Sigue leyendo! 

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¿Qué pasa en nuestra piel ante una quemadura solar?

Antes de abordar cómo actuar ante una quemadura solar, es importante comprender qué sucede realmente en nuestra piel cuando nos quemamos. 

Como sabrás, las quemaduras solares son el resultado del daño causado por la radiación ultravioleta (UV) del sol en las capas superficiales de la piel. Esto puede provocar enrojecimiento, dolor, inflamación, ampollas y, a la larga, potenciar la aparición del cáncer de piel. 

En función de la gravedad de la quemadura solar, estas pueden presentarse desde un enrojecimiento leve hasta ampollas dolorosas.

Tipos de quemaduras de sol en función de su gravedad

Como es evidente, la gravedad de una quemadura solar puede variar según varios factores, incluyendo la intensidad y la duración de la exposición, así como la sensibilidad individual de la piel. De esta manera, una quemadura solar se puede presentar de diferentes maneras en nuestra piel: 

  • Sarpullido por el sol: El sarpullido por el sol, también conocido como erupción polimorfa lumínica, es una reacción alérgica de la piel a la exposición solar excesiva. Se manifiesta como una erupción rojiza y con picazón.
  • Eritema solar: El eritema solar es el término médico para el enrojecimiento de la piel causado por la exposición al sol. Es un signo común de quemadura solar leve.
  • Ampollas por quemadura solar: Las ampollas son una respuesta natural de la piel a las quemaduras solares graves. Es importante no reventar las ampollas y protegerlas adecuadamente para prevenir infecciones.
  • Quemaduras de sol graves: En casos graves, las quemaduras solares pueden provocar ampollas grandes y dolorosas, fiebre alta y escalofríos. Estas quemaduras requieren atención médica inmediata.
  • Quemaduras de sol en la cara: Las quemaduras solares en la cara pueden ser especialmente dolorosas y aumentar el riesgo de daño solar a largo plazo, como arrugas y manchas oscuras. Para evitarlo, es fundamental proteger el rostro del sol y utilizar una rutina facial con activos que ayuden a mitigar sus efectos, reforzando así la capa protectora de la piel. 

Quemaduras de sol y cáncer de piel

En función de la gravedad y de la sensibilidad de la piel, es sabido que las quemaduras de sol pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de piel a lo largo del tiempo. 

La exposición excesiva y repetida a los rayos ultravioleta del sol, que es la principal causa de las quemaduras solares, puede dañar el ADN en las células de la piel, lo que aumenta el riesgo de mutaciones genéticas que pueden llevar al desarrollo de cáncer de piel.

Existen tres tipos principales de cáncer de piel: carcinoma basocelular, carcinoma de células escamosas y melanoma. Si bien todos están asociados con la exposición al sol, el melanoma es particularmente peligroso, ya que puede propagarse rápidamente a otras partes del cuerpo si no se detecta y trata a tiempo. Te contamos más sobre el cáncer de piel en nuestro artículo sobre el ABCDE del melanoma

Por lo tanto, es fundamental proteger la piel del sol utilizando protector solar de amplio espectro, ropa protectora y sombreros, así como evitando la exposición prolongada al sol, especialmente durante las horas pico de radiación ultravioleta. Además, es importante examinar regularmente la piel en busca de cambios sospechosos, como lunares nuevos o existentes que cambian de tamaño, forma o color, y consultar a un dermatólogo si se detecta algo preocupante. La detección temprana y el tratamiento son clave para prevenir complicaciones graves asociadas con el cáncer de piel.

¿Cómo prevenir una quemadura solar?

Prevenir las quemaduras solares y proteger la piel del daño causado por la radiación ultravioleta es fundamental para mantener la salud de la piel y reducir el riesgo de aparición de cáncer de piel, así como de otros problemas cutáneos. 

Desde IMR queremos acercarte algunas medidas importantes que puedes tomar para prevenir las quemaduras de sol:

    1. Usa protector solar adecuado: Aplica protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) de 50 antes de salir al sol, incluso en días nublados. Reaplica cada dos horas o después de nadar o sudar. Aquí te contamos cómo aplicar el protector solar. 
    2. Viste ropa protectora: Usa ropa que cubra bien la piel, como camisetas de manga larga, pantalones largos, sombreros de ala ancha y gafas de sol con protección UV.
    3. Busca sombra: Limita la exposición directa al sol, especialmente durante las horas pico de radiación UV entre las 10 a.m. y las 4 p.m. Busca sombra bajo árboles, sombrillas o toldos cuando estés al aire libre.
    4. Evita el bronceado artificial: La exposición a camas de bronceado y lámparas solares también puede causar daño en la piel y aumentar el riesgo de cáncer de piel. Es mejor evitarlas por completo.
    5. Protege los labios y los ojos: Usa bálsamo labial con protector solar y gafas de sol con protección UV para proteger tus labios y ojos del sol. Aunque no sea tan frecuente, muchos pacientes asisten a consulta por presentar el labio quemado por el sol. ¡Mejor prevenir que curar! 
    6. Mantén a los niños protegidos: Los niños tienen una piel más sensible y son más susceptibles a las quemaduras solares. Protégelos con ropa adecuada, sombreros y protector solar, y evita la exposición directa al sol durante largos períodos de tiempo.
    7. Conoce tu tipo de piel: Algunas personas son más propensas a quemarse que otras debido a su tipo de piel. Si tienes la piel muy clara, cabello rubio o pelirrojo, y ojos claros, es posible que necesites una protección solar más fuerte y una mayor precaución bajo el sol.
    8. Hidratación adecuada: Mantén tu piel hidratada bebiendo suficiente agua y usando cremas hidratantes después de la exposición al sol para ayudar a reparar y rejuvenecer la piel.

Qué hacer cuando te quemas por el sol: Consejos prácticos

Cuando sufres una quemadura solar, es crucial actuar rápidamente para aliviar el malestar y facilitar la recuperación de la piel. Por eso, en el momento en el que notes la quemadura, el primer paso es refrescar la piel mediante un baño o ducha con agua fresca, pero no fría, para calmarla y reducir la sensación de calor. Después de esto, es importante mantener la piel bien hidratada para evitar la sequedad y el picor, aplicando una crema hidratante con ingredientes como aloe vera o caléndula, conocidos por sus propiedades calmantes.

Si experimentas dolor, puedes recurrir a analgésicos de venta libre como ibuprofeno o paracetamol para aliviar la incomodidad. Sin embargo, es esencial evitar la aplicación de productos irritantes, como lociones con fragancias o alcohol, ya que pueden empeorar la quemadura y causar más molestias en lugar de aliviarlas.

En caso de que se desarrollen ampollas como resultado de la quemadura solar, es importante resistir la tentación de reventarlas, ya que esto puede aumentar el riesgo de infección. En su lugar, permite que las ampollas se curen naturalmente mientras proteges la piel con apósitos o vendajes si es necesario. Por otro lado, es recomendable mantener la piel afectada cubierta con ropa suelta y de tejidos naturales para evitar el roce y la exposición adicional al sol mientras se está recuperando.

Durante el proceso de curación, es fundamental mantenerse bien hidratado bebiendo agua y evitando el consumo de alcohol y cafeína, ya que pueden contribuir a la deshidratación y dificultar la recuperación. Además, es crucial evitar exponer la piel quemada al sol tanto como sea posible para prevenir más daños y permitir que la piel se recupere adecuadamente.

Si la quemadura solar es grave, experimentas síntomas como fiebre, dolor intenso o ampollas grandes, o si no notas mejoría en unos pocos días, es importante buscar atención médica para recibir tratamiento adecuado y prevenir complicaciones a largo plazo. 

Si necesitas más información, en IMR estaremos encantados de ayudarte. ¡Contacta con nosotros!