Qué tipos de nevus existen
Los nevus hacen referencia a formaciones cutáneas con características que a menudo se diferencian de los lunares típicos. Estos pueden presentar variaciones en tamaño, color, textura y forma, lo que los convierte en un tema relevante tanto desde el punto de vista dermatológico como estético. Por lo general, los nevus son tumores benignos, aunque su aspecto puede generar preocupaciones estéticas debido a su visibilidad y las diversas formas que pueden adoptar: elevadas, cupuliformes, verrugosas o papilomatosas.
Además de su impacto estético, lo cierto es que existe un interés médico significativo en los distintos tipos de nevus debido a su potencial, aunque bajo, de evolucionar hacia lesiones malignas, como el melanoma. Esto ha llevado a una clasificación detallada de los diferentes tipos de nevus, según sus características clínicas y su localización.
A continuación, entramos en detalle en los diferentes tipos de nevus y sus particularidades, para entender mejor estas formaciones y su relevancia en la salud y estética de la piel:
Tipos de nevus más frecuentes
Aunque la mayoría son inofensivos, ciertos tipos de nevus pueden presentar características que requieren un seguimiento más cercano debido a su potencial para evolucionar hacia lesiones malignas. Desde IMR, te contamos las claves para identificar cada una de estas lesiones:
Nevus melanocítico: El lunar común
Los nevus melanocíticos son los lunares más comunes y se forman cuando los melanocitos se agrupan en la piel. Estos pueden ser planos o elevados, con un color que va desde el marrón claro hasta el negro, dependiendo de la localización y la cantidad de pigmento en la lesión.
Los nevus melanocíticos suelen ser simétricos, bien delimitados y con bordes regulares. Además, son comúnmente pequeños, con un diámetro inferior a los 6 mm. En general, no presentan síntomas, pero su aspecto puede cambiar con la exposición al sol o durante la adultez, cuando tienden a perder su pigmentación o incluso desaparecer. En algunos casos, se puede observar una evolución hacia nevus intradérmicos, que son más elevados y a menudo pierden el color.
Nevus intradérmico
Así, el nevus intradérmico es una variante del nevus melanocítico que se encuentra exclusivamente en la dermis, la capa más profunda de la piel. Estos lunares son elevados, de color carne o marrón claro, y generalmente pierden la pigmentación con el tiempo. Son benignos y, en su mayoría, no causan problemas, pero en algunos casos, su aspecto puede generar preocupación estética debido a su tamaño o localización.
Nevus azul
En tercer lugar, el nevus azul es un tipo de lunar benigno que se caracteriza por un color azulado o grisáceo. Este color se debe a que el pigmento se localiza en las capas más profundas de la piel. Por su parte, los nevus azules suelen ser de pequeño tamaño (menos de 1 cm) y tienen un borde bien definido. Son más comunes en personas jóvenes y no suelen asociarse con complicaciones graves.
Nevus displásico
Por otro lado, los nevus displásicos son unos tipos de nevus que presentan características morfológicas atípicas, como bordes irregulares, coloración desigual y un tamaño mayor al promedio. Aunque son benignos, estos lunares pueden parecerse a melanomas, lo que aumenta el riesgo de que se desarrollen cambios malignos.
Las personas que tienen varios nevus displásicos tienen un mayor riesgo de desarrollar melanoma, especialmente si existen antecedentes familiares de esta enfermedad. Por esta razón, se recomienda un seguimiento dermatológico regular.
Nevus de Becker
El nevus de Becker es un tipo de nevus que aparece generalmente en la adolescencia o juventud. Es de gran tamaño, irregular y con un borde mal definido. Suele tener un color marrón oscuro y puede ir acompañado de vello en la zona afectada. Este tipo de nevus se encuentra principalmente en el tronco y las extremidades, y aunque es benigno, su aspecto puede resultar incómodo desde el punto de vista estético.
Nevus de Ota
El nevus de Ota es una forma rara de nevus que se caracteriza por manchas de color gris azulado que afectan principalmente la zona del rostro, alrededor de los ojos, la frente y las mejillas. Es más frecuente en personas de ascendencia asiática y femenina. Aunque generalmente es benigno, debido a su localización visible, a menudo se considera una preocupación estética. Estos tipos de nevus pueden persistir a lo largo de la vida y no suelen evolucionar hacia melanoma.
Nevus de Spitz
El nevus de Spitz es un tipo de lunar que se caracteriza por su rápido crecimiento, generalmente con una coloración rosada o roja. A menudo se presenta en forma de protuberancia, y es más común en niños. Aunque es benigno, su apariencia puede ser similar a la de un melanoma, por lo que es necesario realizar un seguimiento regular para asegurarse de que no ocurra ninguna transformación maligna.
Nevus sebáceo
Por último, el nevus sebáceo destaca por ser uno de los tipos de nevus que se desarrolla a partir de las glándulas sebáceas, las cuales producen aceite en la piel. Estos lunares tienen un aspecto elevado, rugoso y de color amarillo pálido o marrón. Son más frecuentes en la cabeza y el cuello, y pueden aumentar de tamaño con la edad.
En algunos casos, los nevus sebáceos pueden desarrollar cambios que requieran atención médica, como el desarrollo de lesiones malignas, aunque esto es poco común.
Prevención y tratamiento de los nevus
Si bien no es posible prevenir todos los tipos de nevus, se pueden tomar medidas para reducir el riesgo de desarrollar algunos tipos, especialmente aquellos inducidos por la exposición solar. Por eso, la fotoprotección adecuada y la reducción de la exposición al sol son esenciales para prevenir la aparición de nuevos lunares, especialmente en personas con piel clara.
En cuanto al tratamiento, la mayoría de los nevus no requieren intervención, a menos que presenten características sospechosas o causen molestias. Por este motivo, el seguimiento dermatológico regular es clave para identificar cualquier cambio en los lunares y tomar decisiones sobre su eliminación si es necesario. Agenda tu cita con nosotros.