Pelo graso: causas hormonales

Tu salud capilar tiene una vinculación directa con tu estado de salud en general y, por tanto, existe una conexión estrecha entre las hormonas y la caída del cabello.

De hecho, los cambios hormonales que experimenta la mujer están implicados en casi todos los problemas fisiológicos de las distintas caídas del cabello, ya sean estacionales, agudas o crónicas. ¿Cómo afectan las hormonas femeninas para el crecimiento del cabello? ¡Te lo contamos!

CTA-IMR

Consecuencias de las hormonas femeninas para el crecimiento del cabello

La alteración de los estrógenos y la progesterona, que son tus hormonas sexuales femeninas y se encargan de estimular el crecimiento de tu cabello, influye directamente en tu salud capilar.

Así pues, el Síndrome del Ovario Poliquístico (SOP), el inicio de la toma de la píldora anticonceptiva o la menopausia, se encuentran entre las principales causas hormonales que pueden desencadenar la caída de tu cabello.

En estos casos, lo que ocurre es que pueden disminuir los niveles de estas hormonas, a la vez que aumentan los de la testosterona, que forma parte de las hormonas sexuales masculinas y que es una secreción que estimula el efecto contrario, es decir, acelera la caída del cabello.

Por otra parte, algunas mujeres sufren alopecia androgenética, por un aumento generalizado de los niveles de andrógenos, que son las principales hormonas masculinizantes.

¿Cómo afecta la menstruación a tu cabello?

Probablemente hayas notado que tu cabello cambia dependiendo del día en el que te encuentres de tu ciclo menstrual. Tiene una explicación.

Previamente a la ovulación, la apariencia de tu cabello debe ser saludable, con brillo y volumen, ya que el nivel de estrógenos es alto. En cambio, conforme se acerca el periodo, en sus días previos, se disparan los niveles de progesterona provocando un aumento en la producción de sebo que incrementa la grasa en tu cuero cabelludo.

Al inicio y durante la menstruación, se mantienen estos niveles altos de progesterona y bajan los de los estrógenos cuya consecuencia inmediata en tu cabello es que el cuero cabelludo se vuelve más sensible y se mantiene graso.

¿Cómo afecta el embarazo a tu cabello?

Durante el embarazo, la gran mayoría de mujeres nota que sufre una menor caída de pelo, incluso en el periodo de renovación del mismo (fase telógena), durante el que se experimenta una caída mayor a la habitual. Esto ocurre porque se produce un aumento generalizado de los niveles hormonales que se mantienen hasta el momento del parto.

Es normal, por tanto, que, a lo largo de los 9 meses de embarazo, notes mayor engrosamiento del cabello, ya que no existe prácticamente caída. No obstante, una vez das a luz, el nivel hormonal cae en picado.

Durante el postparto, experimentarás una caída masiva de todo el cabello que se mantuvo intacto durante tu embarazo, ya que las hormonas poco a poco se van reequilibrando, y otra de sus consecuencias es que se vuelve más frágil. Sin embargo, esta alteración es temporal, y por norma general no se alarga más allá de tres meses.

¿Cómo afecta la menopausia a tu cabello?

Se estima que, a partir de los 45 años, edad en la que está establecida la premenopausia, puedes empezar a notar los primeros efectos en tu cabello que acompañan posteriormente a la menopausia.

De forma gradual el cabello se vuelve más frágil y fino. Con la menopausia, los niveles de estrógenos descienden y como consecuencia tu cabello se va debilitando y disminuye hasta casi la mitad su densidad. Lo mismo ocurre con el vello corporal que poco a poco va perdiendo fuerza hasta desaparecer.

Hormonas y alopecia androgenética

Se considera alopecia androgenética femenina cuando el cabello va perdiendo densidad en la parte superior de la cabeza, concretamente afecta a toda la zona frontal hasta la coronilla, a ambos lados de la ralla si esta se peina en el centro.

De forma progresiva, el cabello se va miniaturizando hasta que deja de crecer y desaparece.

Las causas más comunes de alopecia androgenética femenina son la herencia genética, la edad y el factor hormonal. Este último desencadena este tipo de alteración capilar por la influencia de los andrógenos (hormonas sexuales masculinas presentes también en el sexo femenino) en el ciclo capilar.

En concreto, la testosterona se transforma en un andrógeno más potente llamado dihidrotestosterona (DHT), que se une a los folículos pilosos, debilitándolos  y dificultando el crecimiento del cabello, el cual cada vez es más fino, frágil, hasta que finalmente se cae.

La alopecia androgenética requiere un diagnóstico preciso y sobre todo temprano, para poder estabilizarla con tratamiento.

Nuestros especialistas en ginecología derivan este tipo de casos a nuestros especialistas en medicina y regeneración capilar que realizan un análisis con la ayuda de la tecnología Trichoscan, que les permite identificar una serie de signos clave para confirmar el diagnóstico real de alopecia androgenética.

Confirmado, te garantizan un tratamiento eficaz compatible con tu rutina diaria. Combinan mesoterapia capilar cuya composición corresponde a una fórmula magistral exclusiva a base de fármacos, vitaminas y aminoácidos que administran directamente en el bulbo piloso. Completan el tratamiento con otros fármacos por vía oral y tópica y, en casos que lo requieren, con plasma rico en plaquetas.

Existen casos cuya solución puede contemplar el trasplante capilar. Sea cual sea el desajuste hormonal, generalmente afecta a la salud capilar de forma temporal. No obstante, pueden darse casos, como ya hemos visto con la alopecia androgenética, en los que el problema persista.

Pelo graso: causas hormonales y soluciones

Como comentábamos al inicio del artículo, el pelo graso puede ser el resultado de diversos factores, entre ellos desequilibrios hormonales, genética, dieta y estrés. Los cambios hormonales, como los que ocurren durante la pubertad, el embarazo o la menopausia, pueden influir en la producción de sebo o grasa en el cuero cabelludo.

Tratamiento pelo graso

En cuanto al tratamiento pelo graso, es importante mantener una rutina de cuidado del cabello adecuada. Esto incluye lavar el cabello regularmente con un champú suave diseñado para cabello graso y evitar el exceso de calor en el cabello, ya que puede estimular las glándulas sebáceas y aumentar la producción de grasa.

Además, es recomendable utilizar acondicionadores ligeros y evitar aplicarlos en las raíces, ya que esto puede contribuir a la apariencia grasosa del cabello. Por otro lado, mantener una dieta equilibrada y reducir el estrés también puede ayudar a controlar la producción de grasa en el cuero cabelludo.

Si el pelo graso persiste, es aconsejable consultar a un dermatólogo profesional para recibir orientación personalizada y posibles tratamientos capilares específicos. Cada persona es única, por lo que puede ser necesario probar diferentes enfoques para encontrar la solución más efectiva.